En tiempos de pandemia, las políticas fiscales son clave para salvar vidas y proteger a las personas. Los gobiernos deben hacer todo lo que sea necesario.
Las autoridades económicas pueden ofrecer asistencia de emergencia para salvar vidas, proteger a la población de la pérdida de puestos de trabajo, de ingresos, y a las empresas de la quiebra.
Hasta el momento, los países han adoptado medidas que ascienden a alrededor de USD 8 billones para contener la pandemia y los daños a la economía.
La asistencia de emergencia proporcionada a nivel mundial incluye;
- Un aumento del gasto y los ingresos no percibidos (USD 3,3 billones).
- Préstamos e inyecciones de capital del sector público (USD 1,8 billones).
- Garantías de (USD 2,7 billones).
El Grupo de los 20 países avanzados y emergentes está a la cabeza con la aplicación de medidas que ascienden a un total de USD 7 billones. El apoyo fiscal también puede proporcionarse a través de los estabilizadores automáticos: elementos característicos del sistema tributario y de prestaciones que ayudan a estabilizar los ingresos y el consumo, como los impuestos progresivos y las prestaciones por desempleo.
Los países deberían regirse por los tres principios siguientes:
- Focalizar el apoyo en los hogares para asegurar el acceso a bienes y servicios básicos y a un nivel de vida decente.
- Desplegar recursos de manera temporal y eficiente y reflejar los costos en informes fiscales plurianuales
- Evaluar, realizar un seguimiento y divulgar los riesgos fiscales porque no todas las medidas tendrán un efecto inmediato en los déficits y las deudas.
Medidas para salvar vidas
Para salvar vidas los gobiernos deben financiar servicios de salud y de emergencia adicionales tanto como sea necesario. Pero esto no es tarea fácil.
- En primer lugar, los países con capacidad limitada de atención de la salud no pueden incrementar de forma adecuada los recursos.
- En segundo lugar, las limitaciones de endeudamiento en muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo requieren reorientar el gasto hacia el sector de la salud, salvaguardando al mismo tiempo el gasto en protección social y los servicios públicos vitales (transporte, energía, comunicaciones).
Como señaló nuestra Directora Gerente el FMI está preparado para desplegar una capacidad de préstamo de USD 1 billón a fin de ayudar los países miembros, prestando especial atención a los países en desarrollo de bajo ingreso.
Proteger con medidas fiscales focalizadas
La población y las empresas necesitan un respaldo fiscal importante, oportuno, temporal y focalizado para mantenerse a flote.
La capacidad institucional y financiera de los países influirá en el tamaño de la asistencia de emergencia que pueden ofrecer junto con el diseño y el tipo de medidas:
- Las economías avanzadas pueden recurrir a una amplia gama de instrumentos en el ámbito del gasto, los impuestos y la liquidez para apoyar a la población y a las empresas dados sus sólidos sistemas de beneficios tributarios. En Estados Unidos y Alemania, por ejemplo, estas medidas incluyen la ampliación de las prestaciones por desempleo, incluidos los trabajadores por cuenta propia; el diferimiento de los impuestos sobre la nómina, y los subsidios salariales a las pequeñas y medianas empresas.
Muchos trabajadores, pequeñas empresas y empresarios autónomos tienen dificultades para pagar facturas, rembolsar deudas y mantener a los trabajadores en la nómina. Para ayudarlos, varios países europeos han establecido servicios de emergencia de liquidez, como préstamos o garantías asequibles.
Las economías de mercados emergentes y en desarrollo en general tienen menos margen en el presupuesto para responder.
Recuperación con impulso fiscal de amplia base
- Un estímulo fiscal de amplia base y coordinado a escala mundial puede convertirse en una herramienta eficaz para promover la recuperación.
- La coordinación mejora la eficacia de las medidas de política económica.
- Que los coeficientes de endeudamiento público se estabilicen en nuevos niveles más altos así la deuda sería más desfavorable.
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