Una fábula de Esopo: Hermes y el hacha de oro

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Hermes-hacha-oro--villarroya
Hermes-hacha-oro--villarroya

En aquellos días de la Edad de Oro en la que los dioses caminaban sobre la tierra y se mezclaban con los hombres, ocurrió una vez que…

Contenido

 La pérdida del hacha y el rezo al dios Hermes

Un leñador estaba cortando leña en un lugar del bosque cerca de la orilla de un río, pero tras el trabajo del día, se dio cuenta que, sin saber muy bien cómo, su hacha se le había perdido. Y cuando confirmó su desgracia, sin saber muy bien qué hacer, se sentó desconsolado a llorar a la orilla del río.

Compadecido Hermes – uno de los dioses menores que siempre escuchan a sus devotos (1) ─ de la tristeza y aflicción del leñador, se apareció a este, escuchó su historia, reflexionó en los males que el hombre iba a padecer por la pérdida del hacha y, finalmente, decidió ayudarle.

El leñador enseguida cambió el llanto por la esperanza cuando vio que el dios Hermes ─ el siempre bondadoso con sus fieles ─ se arrojó al río para buscarla.

Las tentaciones

Al poco, Hermes salió del agua con un hacha de oro entre sus manos y le preguntó al leñador si era esa la que había perdido.

Le contestó el leñador que no, y volvió Hermes a sumergirse, regresando esta vez con una de plata. El leñador dijo otra vez que no era suya, por lo que Hermes se sumergió por tercera vez, volviendo con el hacha perdida, la de hierro.

Entonces el hombre le dijo que sí, que esa era la suya.

La recompensa a la honradez

Ante esa respuesta, Hermes, cautivado por la honradez del leñador, le dio las tres hachas y desapareció rápidamente. Sin duda tenía una muy buena historia que contar en el Olimpo.

Y, casi con la misma rapidez, el leñador corrió a contárselo a sus compañeros que estaban trabajando en otra parte del bosque. Y al cabo les contó con gran satisfacción el encuentro que había tenido con el bondadoso Hermes, el compasivo, el dios de los pies ligeros… y el de los magníficos regalos a sus creyentes

La historia continua… de forma muy distinta

Pero el cuento de Esopo sobre el leñador honrado no terminó aquí. La historia continuó cuando uno de los otros leñadores que le escuchaban se propuso conseguir otro tanto.  Así que, al día siguiente, también él se dirigió a la orilla del río y lanzó su hacha de hierro a la corriente, sentándose luego a llorar e invocar a los dioses.

De nuevo, Hermes, el veloz, astuto y sagaz dios, se le apareció de pronto y, escuchando el motivo de su llanto, se arrojó al río, y al poco, volvió a salir de las aguas, igual que en el día anterior, con un hacha de oro, preguntándole a continuación al nuevo leñador si era esa la que había perdido.

Pero esta vez las cosas discurrieron de forma distinta al día anterior, pues el bribón, muy contento, exclamó:

-─ ¡Sí, esa es!

Entonces, el dios Hermes, justo con los hombres honrados y también con los perversos, horrorizado por la desvergüenza del segundo leñador, desapareció, al igual como desaparecieron el hacha de oro… y la de hierro, que nunca fue encontrada por el leñador mentiroso por muchas veces que ese se sumergió en el río para buscarla.

Conclusión

Esopo concluye que la Divinidad no sólo ayuda a quien es honrado, sino que también castiga a los deshonestos.

No se sonría …yo también espero que Esopo tenga razón. (2)

Y en nuestro trabajo inmobiliario, igual: Ser honrado rinde, seguramente que no tanto como no serlo, pero lo suficiente para llevar una buena ─ y tranquila ─ vida.

Hágame caso: el todo por la pasta: el vender o morir; el ABC de la venta es estar siempre cerrando ventas; los puntos de dolor del cliente, etc., ¡son malos ríos en los que bañarse!

Me despido a la romana: Siga con salud y no cambie su hacha de hierro (3) por una de oro. Igual la necesitamos para cortar de cuajo la desigualdad terrible a la que estamos sometidos… y hacia la extrema, a la que parece que caminamos. (4)

Miguel Villarroya Martín. / www.ventasgrandes.com / Fab.006

Notas:

(0) Acabo de reescribir esta postal, que publiqué, en mi vieja revista Más y Mejores ventas inmobiliarias, hará unos quince años. Y también aquí mismo el 10/12/2015. Durante la reordenación que de mi web www.ventas grandes.com, estoy haciendo estas semanas, apareció de nuevo, esta fábula en un viejo archivo de WORD. Lo leí de nuevo, me gustó, lo reescribí y ahora lo publico aquí. Espero que le guste tanto como a mí. (A esta fecha llevamos 8.021 lecturas de la versión anterior del artículo.)

(1) Hermes, leemos en la WIKI: ─ «En la mitología griega, Hermes…, hijo de Zeus y la pléyade Maya, es el dios olímpico mensajero, dios también de las fronteras y de los viajeros que las cruzan, del ingenio y del comercio en general, de la astucia, de los ladrones y de los mentirosos, además de ser el encargado de guiar a las almas hacia el inframundo, el Hades.​ En la posterior mitología romana era denominado como Mercurio.» Véase en: https://es.wikipedia.org/wiki/Hermes

Hermes es, entre sus múltiples facetas, un símbolo de la prosperidad humana y también un protector de los osados, de los viajeros, los mercaderes… y los ladrones. Y algo más bello aún, es el que transporta los sueños de los hombres hasta los Dioses Mayores, mediando con estos para que los humanos los logren.

(2) Se hace difícil creer en dioses bondadosos que castigan a los malos y deshonestos, y premian a los buenos y honrados. La desigualdad de nuestra sociedad arrasa tal creencia a cada instante. El índice de Gini sigue creciendo y esta barbarie producida por el gran Capital parece no tener fin.

«El coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini.1​ Normalmente se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos, dentro de un país, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución desigual. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). El índice de Gini es el coeficiente de Gini expresado en referencia a 100 como máximo, en vez de 1, y es igual al coeficiente de Gini multiplicado por 100.» Véase en: https://es.wikipedia.org/wiki/Coeficiente_de_Gini.

No le quiero desanimar pero véase esta noticia: Los ‘PIGS’ lideran la desigualdad económica según un nuevo índice de Morgan Stanley. (No le dé importancia al insulto anglosajón del título: los mediterráneos los superamos en decencia… y además vivimos más años que ellos.). Y aunque este artículo de El ECONOMISTA es de noviembre de 2015, todavía puede leerse a fecha de hoy, en el enlace que le indico.

(3)  Y siga cortando leña con su hacha de hierro, despreciando la riqueza sucia. Ser honrado es ser mejor. Y óptimo será si se gana además la vida con desahogo… sin ahogar a ninguno otro. ¡Salud y fortuna, de nuevo!

(4)  La imagen utilizada se ha tomado de Pixabay, donde figura como De uso gratuito bajo la Licencia de contenido de Pixabay. Puede verse en: https://pixabay.com/es/vectors/hermes-mercurio-griego-8005719  y el autor de la ilustración es Gordon Johnson, USA.  A ambos agradecemos su cortesía al permitir el uso gratuito de esta imagen.

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Miguel Villarroya Martín.
API / Arquitecto Técnico / Agente de la Propiedad Inmobiliaria/ Escritor.
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