Según los datos publicados por el Banco de España, durante 2017 el sector financiero cerró más de 1.000 oficinas (el 3,7% del total) debido a los recortes para ganar rentabilidad y eficiencia operativa ante el desplome de los ingresos como consecuencia de la caída de los tipos de interés y la baja actividad.
Desde que se inició la crisis hasta la actualidad, la estructura comercial de la banca ha ido descendiendo y esta disminución alcanza ya el 40%, pasando de las más de 42.000 agencias que había en 2008 hasta las 27.700 que encontramos hoy (volviendo al mínimo que se marcó a principio de los ochenta).
Los ajustes también afectan a las plantillas de trabajadores. Desde que comenzó la crisis, el número de empleados del sector en España se ha visto reducido a casi 100.000, un tercio del total.
No obstante, a pesar de la recortes, la eficiencia operativa del sector no mejora y se sitúa en el 57,6%. Este porcentaje no ha dejado de subir desde el rescate de 2012 y 2013 (cuando se encontraba en el 47%) y los reguladores insisten en que esta cifra debe ser menor del 50%.
¿Qué se espera para 2018?
Las previsiones para este año son que el número de oficinas continúe descendiendo y que se pongan en marcha más planes de ajuste.
Por ejemplo, Bankia cerrará 122 oficinas en febrero y el Santander pondrá en marcha medidas de ajustes al margen del pactado en los servicios centrales debido a la absorción del Popular.
Fuente de la noticia: El economista.es