Cuando la realidad del problema de la vivienda en España es la regulación excesiva, la subida imparable del precio medio de alquiler de viviendas y la caída de la oferta de viviendas, hasta un 33% en 5 años, la realidad en Argentina es muy diferente desde la llegada al gobierno en enero del nuevo presidente. Milei empezó desregulando la vivienda de alquiler y derogando la férrea Ley de alquileres que regía la vivienda en Argentina. Las consecuencias fueron inmediatas: los precios empezaron a caer y la oferta se disparó como nunca.
Derogación de la Ley de alquileres en Argentina
La nefasta Ley de alquileres anterior a Milei provocaba, con su limitación de precios y extensión de los contratos de alquiler a 3 años, que los propietarios subieran el precio del alquiler en sus nuevos contratos, que se decidieran a vender o que se decantaran por el alquiler de temporada. En el peor de los casos, algunos propietarios dejaban vacías sus casas, llegando a haber 200.000 viviendas vacías en Buenos Aires, un 45% más que en 2018.
La estrategia ideada por Milei derogando la citada Ley de alquileres, ha sido reconocida internacionalmente por su eficacia. Los propietarios, sin la intervención del estado, se han apresurado a colocar sus viviendas en el mercado, aumentando la oferta de viviendas un 130%, en ciudades como Buenos Aires. Los inquilinos se están beneficiando enormemente porque aunque los alquileres suben en términos nominales, el precio real cae un 40% respecto a la inflación.
Medidas concretas de Milei ante el problema de la vivienda
La estrategia concreta del presidente Milei ante esta situación, muy parecida a la que vivimos actualmente en España, consistió en eliminar la duración mínima de los contratos, estableciendo que el plazo fuera acordado por las partes y en caso de que no lo hicieran, sería de dos años. Además, la nueva normativa también dio libertad a las partes para pactar el ajuste precios, y redujo los plazos para el desalojo en caso de impago o de que se hubiera terminado el contrato.
Tras entrar en vigor la derogación de la Ley de alquileres, en enero de 2024 los datos son concluyentes: el precio del alquiler en Buenos Aires acumulaba desde principios de año una subida del 52%, muy por debajo de la inflación (102%), lo que supondría una caída real del precio del alquiler del 50% y la oferta de viviendas en alquiler aumentó un 62% con respecto al mes anterior y, aunque en los últimos meses el crecimiento se ha moderado, la subida acumulada supera el 170%.
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