Los cambios producidos en los últimos años en la economía de nuestro país han dado lugar a que, en el panorama actual, sean cada vez más las personas que antepongan el alquiler como alternativa a la compra de un inmueble, lo que supone una operación de gran importancia.
Recientes datos del Banco de España reflejan que el porcentaje de viviendas en alquiler se ha incrementado hasta el 15% y que las viviendas en propiedad han descendido al 77%, cifras que no se alcanzaban desde finales de los años 80. Estos datos pueden resultar sorprendentes ya que, tradicionalmente, España ha sido un país predispuesto a la compra. De hecho, estaba entre los primeros puestos en la Unión Europea en cuanto a los países propietarios de vivienda. Pero desde la llegada de la crisis inmobiliaria en el año 2007, el porcentaje de viviendas en propiedad ha disminuido a favor del alquiler.
Este fenómeno se debe, principalmente, a la precariedad laboral y económica, la dificultad del acceso al crédito y la tendencia de la bajada de precios de viviendas, ya que aquellos que tienen la intención de comprar, en general, prefieren esperar a que los precios sean más asequibles.
Y es que el alquiler aporta ciertos beneficios. Por ejemplo, el alquiler de casas ofrece libertad para elegir en cualquier momento dónde se desea vivir y por cuánto tiempo o un alquiler evita que el inquilino se vea directamente afectado por los cambios producidos en las hipotecas y sus variables (Euribor, etc.).
Por otra parte, otro hecho que disuade de la compra de un inmueble, es que no solo pagamos por este, sino que hay que tener en cuenta una serie de gastos como el IBI, además del compromiso y la incertidumbre que crean las hipotecas.
No obstante, algunos expertos opinan que el alquiler es una buena opción a corto y medio plazo, pero señalan que la compra es la mejor opción a largo plazo, ya que al final terminan por amortizarse los gastos iniciales.
